Juego frente a diversión
El juego es sinónimo de recreo, diversión, alborozo, esparcimiento, pero el niño también juega para descubrir, conocerse, conocer a los
demás y a su entorno.
Los juegos preparan al hombre y a algunas especies animales para la vida
adulta. Algunos son importantes para la supervivencia de la especie, por lo que
se pueden considerar como juegos de tipo educativo.
En el juego humano interviene la función simbólica: interviene en ellos la capacidad de hacer
servir símbolos y signos para crear contextos, anticipar situaciones, planificar
las acciones venideras o interpretar la realidad.
El juego favorece el proceso de enculturación y surge de manera natural.
Es indispensable para el desarrollo psicomotor, intelectual, afectivo y
social, ya que con él se aprende a respetar normas y a tener metas y objetivos.
El juego es un derecho. Según la declaración de los derechos del niño, adoptada en la asamblea general de la ONU, El niño debe disfrutar plenamente de juegos y
recreaciones los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos
por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzaran por promover el goce de
este derecho.
El juego no solo es una forma de diversión sino también la mejor manera de aprendizaje, a través de él, los niños aprenden a afrontar situaciones diversas que
deberán enfrentar a lo largo de su vida.
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