jueves, 15 de marzo de 2012

juego de cartas

Los jugadores de cartas es una obra plenamente figurativa donde los personajes parecen ensimismados.
Las dos figuras se sientan a ambos lados de una pequeña mesa sobre la que apoyan los codos. Una alta botella nos da paso hacia la cristalera del fondo, por la que se intuye un abocetado paisaje. Los dos hombres están concentrados en el juego, interesándose el maestro en captar sus expresiones, y se presentan tocados con sendos sombreros típicos de las clases sociales humildes de la Provenza. El espectador se convierte en uno de los frecuentes observadores que contemplan estas partidas en las tabernas, al situarnos el maestro en un plano cercano a la escena y no hacer apenas referencias espaciales. La iluminación artificial se manifiesta en las sombras, especialmente en el reflejo blanco de la botella.
El hombre de la derecha viste una chaqueta de tonalidades grises amarillentas que tiene su continuidad en el pantalón de su compañero, vestido éste con una chaqueta de tonalidades malvas que se mezclan con diversos colores.
El fondo es en general oscuro, con sólo unos toques de color claro para definir el lugar, que tal vez sea la terraza cubierta de un café. La escena está iluminada por luz artificial, cuyos reflejos se aprecian en el mantel de la mesa, la botella y la pipa. Los dos hombres están rígidamente sentados a la mesa, cuya prolongación de los puntos de fuga confluyen en el eje vertical de la botella. La mesa es el centro de la escena; en ella se encuentran las diagonales de los brazos doblados y las miradas de los jugadores. La mesa obtiene toda la luz. Su cálido tono naranja es nexo de unión entre el azul frío y opaco del jugador de la izquierda y el gris descolorido de la derecha. En las chaquetas de ambos se encuentra reflejado el color de la mesa.
La aplicación del color se realiza a base de fluidas pinceladas que conforman facetas, elementos identificativos del cubismo.
Esta obra constituye un ejemplo de lo que se ha denominado el período sintético de Cézanne. Para comprender el método del artista es oportuno señalar que este pequeño lienzo fue precedido por diversos estudios preparatorios, y que el tema originó, por lo menos, otras cuatro composiciones –con numerosas variantes- que constituyen una serie de inestimable valor documental.
Especialmente en las tres últimas versiones, todos los volúmenes están definidos de manera geométrica lo que confiere a los dos personajes una dignidad clásica.

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